domingo, 16 de septiembre de 2012


La vestimenta griega

El traje griego en el período clásico se caracterizó por carecer de forma propia. Los trajes consistían en rectángulos de tela de tamaño variable que se enrollaban o colgaban en el cuerpo sin cortar la tela para ello. Había, por supuesto, una gran variedad en la forma de ponerse las prendas, pero las características básicas permanecieron inalterables.

Desde el S.XII hasta el siglo I a.C hombres y mujeres llevaron una túnica llamada chiton; la de los hombres llegaba hasta las rodillas, y la de las mujeres hasta los tobillos. Sin embargo, los hombres también utilizaban a veces un chiton largo.

El chiton se sujetaba en los hombros por medio de alfileres o broches y generalmente se ceñía a la cintura con un  cinturón o cordón. Los especialistas distinguen dos tipos de chiton: el chiton dórico y el jónico, siendo el primero generalmente de lana y el segundo de lino. El lino, dada su mayor flexibilidad, permitía una variedad más rica de plegados; y a veces los rectángulos de la tela utilizados tenían una longitud mayor a la distancia que había de los hombros a los pies, lo que permitía ablusar la tela por encima del cinturón.

Sobre el color de las telas, las había de todo tipo de colores y además tenían motivos decorativos. Las clases más pobres tenían vestidos más sobrios en color y ornamentación.

A veces las clases bajas teñían sus vestidos de un color marrón rojizo; una práctica que parece ser observada con desaprobación por las autoridades, ya que el historiador Heródoto menciona un decreto ateniense por el que se prohibía la asistencia al teatro y a otros lugares públicos con trajes teñidos. A las clases altas permitía una mayor libertad; y se cuenta que el pintor Polignoto fue el primero en incorporar colores vivos como el rojo, el amarillo o el morado.

La decoración de las prendas se restringía por lo general a los bordes y solía ser bordada; casi nunca como parte del tejido. Los motivos más habituales eran diseños estandarizados como la "greca griega", flores y animales.

La prenda básica, el chiton, si bien era un simple rectángulo de tela que colgaba sobre el cuerpo, ofrecía múltiples posibilidades a la hora de ponérselo. Los hombres podían sujetárselo en el hombro izquierdo, con un broche o un alfiler, dejando el derecho sin cubrir; o bien ambos hombros. Podía ajustarse a la cintura con uno o dos cinturones, que se ponían encima del pectoral. Una versión más o menos tardía del chiton se hizo con dos telas y con mangas.

Los jóvenes y sobre todo las mujeres, llevaban una especie de manto corto sobre el chiton que se abrochaba sobre uno de los hombros y se conocía con el nombre de clámide. Tampoco era extraño llevar la clámide sola, sin chiton debajo; y en el gimnasium hombres y mujeres hacían ejercicios totalmente desnudos.

Cuando hacía frío llevaban un manto, el himantion. La versión femenina de la clámide se conocía con el nombre de peplos.

Conforme aumentó el lujo, esta prenda fue haciéndose de tejidos más refinados, incluso de seda, a pesar de las continuas leyes suntuarias que intentaban frenar el lujo de los trajes femeninos.

Peinados

Podemos ver un cambio en las modas de los peinados a lo largo de la historia griega. Antes de la victoria griega sobre los persas, hombres y mujeres llevaban el cabello largo. Más adelante el cabello largo se consideró adecuado sólo para niños y mujeres. Los jóvenes, al llegar a la pubertad, cortaban sus cabellos y se los ofrecían a los dioses.

Las mujeres antes del S.V a.C se sujetaban a veces el cabello con una cinta. Más adelante esto se convirtió en una costumbre habitual y el cabello se recogía por detrás en una especie de moño bajo, a la altura de la nuca. Más tarde el pelo se recogía por detrás en un peinado con cintas, en forma de cono que se inclinaba hacía atrás. Las mujeres ricas llevaban tiaras de oro y piedras preciosas; y después de la conquista romana los peinados se hicieron mucho más variados y complicados, con rizos, ondas y cabellos postizos.

Hasta el S.V a.C los griegos llevaban barba e incluso después los filósofos y otros personajes ilustres mantuvieron esa vieja costumbre. Los hombres más jóvenes se afeitaban la cara.


Calzado

Los griegos casi nunca llevaban calzado en el interior de las casas, y los hombres de las clases bajas iban descalzos también por las calles. Las sandalias  constituían el calzado habitual.  Eran incluso el único calzado de las clases adineradas. Y las de las cortesanas iban a veces adornadas, con las suelas tachonadas con clavos, dispuestos de tal forma que al caminar dejaban huellas con palabras como "sígueme". Las sandalias se ataban en el pie y al tobillo con correas de muy distintas maneras, como lo atestiguan gran cantidad de estatuas.